Sánchez, no obstante, ha hecho hincapié en que ahora lo importante es el 2% y también el hecho de que su Gobierno ha ido aumentando su inversión en defensa desde 2018. «Esta inversión es suficiente, realista y compatible con nuestro modelo social y con el estado del bienestar», reiteró ante los periodistas. El jefe del Ejecutivo concluyó que con el pacto «gana la seguridad y el estado del bienestar», con un mensaje de agradecimiento también para el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.

Volviendo a su argumento principal, Sánchez recalcó que el 2,1% del PIB es suficiente para cubrir las «capacidades acordadas» para España dentro de la OTAN, algo que dudan el resto de aliados y el propio Rutte; de hecho, Sánchez aplica ese 2,1% no respecto al 3,5% que dice la Alianza, sino al 5% total. «No hemos sido arbitrarios, sino rigurosos, porque queremos cumplir con la Alianza Atlántica. Somos un socio fiable», defendió el presidente del Gobierno. «Hemos encontrado flexibilidad dentro de la declaración», añadió, recordando el intercambio de cartas con Rutte y el «camino propio» de España hacia el cumplimiento con las capacidades. «Quien quiera entenderlo que lo entienda». Si hay países quieren «invertir el 5,6 o 7% nosotros no podemos ponerlo en duda», porque la clave es «responder a las capacidades». Asimismo, reconoció que no ha hablado con Trump.

«Quiero agradecer a todos los aliados su respecto a la soberanía de España», prosiguió un Sánchez serio y directo, que no ha cambiado demasiado su mensaje: «España va a cumplir con las capacidades acordadas» porque el compromiso de la Alianza «es firme y es constante». Para lograrlo, el presidente el Gobierno asume que hace falta mayor coordinación y un desarrollo industrial «a la altura» que supondrá «pedir un esfuerzo a los ciudadanos». Ahí reivindicó el papel de la UE, con planes para reforzar la base industrial. «Sabemos que todavía hay mucho que hacer, pero tenemos que gastar bien y conjuntamente», terminó el presidente del Gobierno que quiere «hablar menos de porcentajes del PIB y más de ser interoperativos para resolver el problema de autonomía estratégica que tenemos en Europa».

A la pregunta de si se ha sentido aislado durante la cumbre, Sánchez aseguró que España «siempre es la solución, nunca es el problema» y que no ha aceptado el 5% como la meta a cumplir por el país porque ese salto y esos recursos «salen de más recortes». Quitó importancia, a la vez, al hecho de que no estuviera muy implicado en las conversaciones y en los corrillos de la reunión. Ahí criticó al PP y aseguró que si la derecha estuviera en el Gobierno ese dato «se hubiera firmado» y hubiera sido, concluyó, «malo para España».Antes de la reunión de líderes se vio a un Sánchez desmarcado del resto y a un Donald Trump que se erigió como el verdadero artífice del acuerdo entre elogios por parte del secretario general de la OTAN, Mark Rutte. Consideró que es mérito de EEUU haber puesto presión para que los aliados europeos gasten más en seguridad y apuntó que hasta su vuelta a la Casa Blanca ningún país se planteaba la cifra del 5%. «Llevo tiempo pidiéndolo y ahora se va a conseguir», había avisado el presidente estadounidense antes de iniciar la cita en La Haya.