Hasta seis miembros de la Ejecutiva Federal del PSOE, algunos muy próximos al exsecretario de Organización, Santos Cerdán, en prisión incondicional por su implicación en el caso Koldo, han salido de la dirección del partido junto a la portavoz de la formación, Esther Peña. Pero la reorganización que Pedro Sánchez ha llevado a cabo también ha supuesto una marcha no prevista: la de Francisco José Salazar.
En su caso, ha salido por informaciones sobre comportamientos «inapropiados» con compañeras del partido. Con la caída de Salazar culmina el fin de la llamada ‘banda del Peugeot’, el grupo que ayudó a Sánchez a llegar a la Moncloa. Así les llama el Partido Popular, que los retrató en un video con Inteligencia Artificial o el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que declaró que «nos gobierna la banda del Peugeot».
La expresión, esa marca de coche, hace referencia a la campaña que hizo Sánchez para ser elegido secretario general del PSOE en 2017, recorriendo el país en un Peugeot 407. En aquel entonces, tuvo el apoyo de secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos; su exasesor cuando fue ministro de Transportes, Koldo García; el ex secretario de Organización de los socialistas, Santos Cerdán; y el mencionado Salazar.
Todos ellos han caído «cual soldados fulminados al suelo y ahora están atrapados en la misma prisión», cantaba en los 80 Radio Futura. Con la caída de Salazar culmina el fin de la ‘banda del Peugeot’, el grupo de aquellos que estuvieron con Sánchez desde 2017.
José Luis Ábalos

Mano derecha de Pedro Sánchez en el partido, fue ministro entre 2018 y 2021, hasta que el presidente le cesó del Gobierno y como secretario de Organización del PSOE. El juez investiga si participó en adjudicaciones irregulares a cambio de compensaciones económicas. Ábalos ha negado por activa y por pasiva su participación y conocimiento de la trama corrupta, pero el juez le sitúa como «intermediario» del caso.
Sin embargo, cuando se filtraron los audios en poder de la Unidad Central Operativa (UCO), Ábalos tuvo que cambiar su discurso. El exsecretario de Organización del PSOE dijo que había sido utilizado por Cerdán y Koldo García, que «venían con una dinámica previa» de corrupción desde Navarra y le presionaron para influir en adjudicaciones de obras.
«Soy un gilipollas», «el imbécil de todo esto» y «he sido utilizado», se lamentaba Ábalos el pasado 19 de junio en declaciones a la SER. Contó que Cerdán y Koldo le «presionaron para tratar de influir» en las contrataciones bajo sospecha. El pasado 23 de junio declaró ante el magistrado del Tribunal Supremo, Leopoldo Puente, y volvió a negar su implicación en la adjudicación irregular de contratos de obras públicas. «No me reconozco», afirmó en relación con los audios analizados por la UCO.
Ábalos niega la financiación ilegal en el PSOE o que haya cobrado comisiones durante su etapa como secretario de Organización, pero se ha mostrado enfadado por el trato que ha recibido del presidente del Gobierno. Sobre sus relaciones con las mujeres, se limita a decir que nadie aguanta el análisis de su propia vida privada.
Santos Cerdán

El todopoderoso ‘número 3’ del PSOE dimitió el pasado 12 de junio tras conocerse un informe de la UCO que le considera «mediador» y presunto gestor de los pagos que Koldo y Ábalos habrían recibido por adjudicaciones irregulares, de al menos 620.000 euros.
El jueves 12 de junio de 2025, tras conocerse el informe de la UCO sobre presuntos cobros de comisiones a cambio de adjudicaciones en carreteras anunció su dimisión de todos sus cargos en el partido. El 16 de junio de 2025 renunció a su escaño en el Congreso y abandonó el PSOE.
Aunque había dejado su acta de diputado, defendía su inocencia. Y así acudió a declarar ante el Supremo el pasado 30 de junio. Cerdán negó su implicación en el caso Koldo y dijo que era víctima de una persecución política. No sospechaba que del tribunal podría salir rumbo a la cárcel.
Ese mismo lunes pasó su primera noche en la cárcel de Soto del Real. El juez, a petición de la Fiscalía Anticorrupción, le puso entre rejas al considerar que existía un alto riesgo de fuga y de destrucción de pruebas. Mientras, Koldo y Ábalos seguían en libertad.
Un año antes, Cerdán había comparecido ante el comité de investigación del caso Koldo. Entonces, afirmó tener contacto habitual con García, pero negó tener conocimiento de sus funciones y la investigada corrupción en la compra de mascarillas durante la pandemia del COVID-19.
Koldo García

Su detención en febrero de 2024 dio inicio y nombre al caso. Las grabaciones realizadas por Koldo entre 2019 y 2023 de sus conversaciones con sus presuntos compinches han irrumpido como una bomba en la paz de éstos y en la del propio PSOE. La Unidad Central Operativa (UCO) le ubica como el «hilo conductor» de las adjudicaciones y le atribuye mordidas de constructoras.
García fue asesor de Ábalos en su etapa como secretario de Organización del PSOE y ministro de Fomento (luego de Transportes). Ábalos llegó a nombrarle consejero de Renfe y vocal del Consejo Rector del Organismo Público Puertos del Estado entre 2018 y 2021.
Antes, fue escolta de cargos del Partido Socialista de Navarra y de Unión del Pueblo Navarro, jefe de servicio de la empresa de seguridad Serramar en El Sadar a principios del 2000 y concejal en Huarte (Navarra). Ha sido condenado en dos ocasiones: una por agredir a un menor de 16 años y otra por dar una paliza a otro hombre.
El papel de Koldo García como persona cercana a Ábalos fue objeto de varias polémicas, entre ellas su participación en el encuentro en el aeropuerto de Madrid-Barajas con la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, motivo por el que el PP pidió explicaciones en el Congreso.
Sus audios, las grabaciones de sus conversaciones con unos y otros, han hecho entrar el caso en una nueva dimensión; una que dificulta enormemente las defensas y que, al tiempo, proyecta oscuras sombras sobre hipotéticos futuros nuevos implicados.
Francisco José Salazar

No, no está implicado en el caso Koldo, caso Cerdán o cómo sea que le llamemos, pero su carrera política también se ha detenido por culpa, si no del caso sí de sus consecuencias. Era el elegido para ocupar el puesto de adjunto segundo de la valenciana Rebeca Torró, nueva secretaria de Organización del PSOE. Pero horas antes de reunirse la Ejecutiva lo suyo saltó por los aires por informaciones sobre comportamientos «inapropiados» con compañeras del partido. Él ha preferido renunciar.
Afiliado al PSOE desde 1992, Salazar fue alcalde de Montellano (Sevilla) entre 2003 y 2008, y luego diputado en el Congreso en dos legislaturas. Fue, junto a Cerdán y Ábalos, de los primeros en llegar al gabinete de Sánchez cuando este alcanzó la Secretaría General en 2017.
Sus destinos ya se habían unido estrechamente un año antes cuando el presidente se subió a su Peugeot 407 para recorrer España en busca de votos para recuperar la Secretaría General del partido. Salazar fue clave en Andalucía, como cuenta Beatriz Rodríguez.
Con Sánchez de vuelta a Ferraz, Salazar dio el salto a Madrid como secretario de Acción Electoral y Análisis, cargo en el que trabajó mano a mano con Iván Redondo, con quien mantuvo una estrecha relación. Pero su estrella se opacó cuando el entonces considerado gurú de la comunicación en el partido fue despedido.
Tiempo después, Sánchez lo rescató como secretario general de Planificación Política y desde entonces se ha mantenido a su lado, pero siempre discreto, en un segundo (o tercer) plano. Conoce el partido como la palma de su mano. De él destacan su capacidad para pasar desapercibido, la que lo ha convertido en uno de los pocos supervivientes del primer equipo del presidente.