El Partido Popular planea retomar la ronda de contactos que inició hace una semana con los grupos parlamentarios para «escuchar» su opinión acerca del encarcelamiento de Santos Cerdán y del resto de casos de corrupción que investigan los tribunales y conocer si, en consecuencia, están por la labor de romper su pacto con Pedro Sánchez y hay opciones para una moción de censura. Fuentes populares avanzan que reanudarán las conversaciones a partir de este miércoles, tras asistir a la comparecencia que tiene prevista el presidente en el Congreso para dar explicaciones sobre la supuesta corrupción y, sobre todo, tras comprobar las reacciones de los socios de investidura. «El foco también está puesto en los partidos que le han hecho presidente», sostienen.
En Génova se encuentran armando su estrategia. Aún están por decidir si llamarán a todos los grupos, con independencia de sus respuestas durante su turno de comparecencia, o solo a aquellos que muestren un atisbo de rechazo a mantener su apoyo al Gobierno. Tampoco han acordado si las conversaciones las seguirá manteniendo Miguel Tellado, a quien Alberto Núñez Feijóo le encomendó dicha tarea cuando era aún portavoz en el Congreso, o Ester Muñoz, su sustituta en el cargo desde el pasado fin de semana.
El que fuera portavoz parlamentario hasta hace unos días no ha querido desvelar el contenido de sus contactos. Ni siquiera el nivel de relevancia de estos, ya que unos han podido ser vía telefónica y otros, meros intercambios de WhatsApp. No obstante, durante la rueda de prensa de este lunes, Tellado dio unas pinceladas generales sobre el malestar que cree haber percibido de estos. «Es evidente que hay una incomodidad creciente en las filas de los socios de investidura de Pedro Sánchez».
No obstante, el actual secretario general del PP se mostró desconfiado y apretó de nuevo a los grupos parlamentarios que en los últimos días han alzado la voz en público contra los escándalos de corrupción que acorralan al Gobierno pese a que, por el momento, sigan manteniendo su apoyo a Sánchez: «De nada sirve fingir incomodidad y mantenerle en la Moncloa, que es lo que están haciendo».
Para el PP, «mantener a Sánchez en el Gobierno supone amparar, justificar y avalar todos casos de corrupción que investiga el Tribunal Supremo, la Audiencia Nacional y distintos juzgados de España». De ahí que insistan en que los socios, «que han llegado a romper la mayoría parlamentaria en más de 300 ocasiones esta legislatura» en distintas votaciones, deben reflexionar consigo mismos si electoralmente les compensa apoyar a un Gobierno con «sombras de corrupción».
Este será el objetivo que persigan los populares tras las primeras explicaciones que dé Sánchez en sede parlamentaria desde que salieran las primeras informaciones a la luz. Y es que, a ojos de los populares, la lealtad de los socios es la única garantía que tiene Sánchez para continuar con la legislatura y no convocar elecciones anticipadas. También es el único escollo que encuentra Feijóo para liderar una moción de censura. «Hoy por hoy es un balón de oxígeno al sanchismo, igual que fue la que presentó Vox», defienden constantemente desde las filas populares.
Por esta razón, el miércoles pasado, el propio Feijóo presionó a PNV y a Junts. A este último le pidió que reflexione sobre su apuesta por mantener a Sánchez en la Moncloa. «Carles Puigdemont tendrá que decidir si seguir apoyando a Sánchez o abrir un nuevo periodo, poner el contador a cero y que los españoles y los catalanes hablen». Con ello el popular mantiene el pulso al prófugo de la justicia. Primero, el líder popular le lanzó un guiño a la formación independentista, ofreciéndole una salida en forma de moción de censura en plena escalada de escándalos de corrupción en el Gobierno que sostienen los catalanes. Una vez que estos se lo devolvieron, subiendo su apuesta, el PP se impuso aclarando que no irán a Waterloo a reunirse con un prófugo de la justicia. Fue entonces cuando Feijóo le emplazó a decidir si quiere mantener a Sánchez o «abrir un nuevo periodo». También cargó contra el PNV por considerarlo, en ese momento, «un cómplice de un Gobierno rodeado de corrupción». Una semana después de aquello, los populares aguardan la reacción de los socios de Sánchez en una comparecencia decisiva.