Después de un Pleno del Congreso bronco y tenso, más si cabe de lo que suele ocurrir de forma habitual en las sesiones parlamentarias, el PSOE y el PP continúan echándose la culpa mutuamente de dinamitar el debate y de sobrepasar «líneas rojas» con ataques «personales» que consideran intolerables y que rompen definitivamente los puentes entre ambas formaciones, si es que quedaba alguno que se pudiera salvar. 

Los socialistas no esconden su sorpresa por el comentario que hizo el líder popular, Alberto Núñez Feijóo, sobre los negocios de saunas del suegro del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. «Pero, ¿con quién está viviendo usted? ¿Pero de qué prostíbulos ha vivido usted? Partícipe a título lucrativo del abominable negocio de la prostitución, ¿y ahora quiere ilegalizar su biografía? ¡Allá usted! No se compare conmigo», espetó Feijóo en su última réplica a Sánchez, una acusación que el primero nunca le había hecho y que, para el PSOE, ha supuesto traspasar una «línea roja» y demuestran que el líder del PP «perdió los papeles».

En plena resaca del duro debate parlamentario, en el que Sánchez intervino por el escándalo de presunta corrupción que rodea a su partido, el secretario general del PP, Miguel Tellado, justificó un día después el comentario porque es el PSOE el que ha traspasado «las líneas rojas» de la política con ataques personales a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y además, defendió que la mención del negocio de saunas de la familia política de Sánchez era una información «conocida por todo el mundo».

«Hablar de líneas rojas desde el Partido Socialista cuando se insulta, se ataca, se crean falsas informaciones contra los políticos de la oposición, creo que el Partido Socialista no está en condiciones», dijo Tellado, quien recordó que desde la tribuna del Congreso el presidente del Gobierno también atacó a otros dirigentes del PP como el presidente andaluz, Juanma Moreno, o el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco. También al propio Feijóo, apuntó el número dos de los populares.

Para Tellado, el líder del PP lo único que hizo en su intervención al hablar del negocio de saunas del suegro de Sánchez —fallecido hace ahora un año— fue «poner encima de la mesa una información que es pública y conocida por todo el mundo» y que además «ha sido recogida por distintos medios de comunicación a lo largo de los últimos tiempos».

La nueva portavoz popular en el Congreso, Ester Muñoz, fue más allá y habló de negocio de «saunas-prostíbulos» del padre de Begoña Gómez: «La verdad, a veces, es dura». Por eso, negó que el presidente de su partido traspasara «ninguna línea roja» porque «las cuestiones familiares de Pedro Sánchez se han convertido públicas» desde el momento en que «su mujer está imputada por cuatro delitos por beneficiarse de estar en la Moncloa».

«Entonces, hay cuestiones que ya no son personales. Personal, por ejemplo, es cuando Pedro Sánchez, desde la tribuna, utiliza noticias que han sido fabricadas y que son bulos para atacar a la pareja del presidente Feijóo. O acusar a la hermana de Feijóo de que le dan contratos por pertenecer a Eulen, una empresa con miles de trabajadores en toda España y que contrata con todas las administraciones de todos los colores políticos», relató.

Siguiendo con la línea marcada por el líder popular en el Congreso, el PP ha registrado una serie de iniciativas en las Cortes para pedir cuentas al Gobierno sobre el negocio del suegro de Sánchez y quiere que el ministro de Transformación Digital y Función Pública, Óscar López, comparezca para aclarar si Muface alquiló inmuebles al padre de Begoña Gómez en los que se hayan podido realizar actividades «vinculadas a la prostitución, explotación sexual o trata de personas», pues según algunas informaciones, Muface es la propietaria de varios inmuebles que están arrendados por la familia de Begoña Gómez. El PP también ha registrado una treintena de preguntas al Ejecutivo relacionadas con este asunto.

Precisamente Óscar López habló ayer para denunciar que Feijóo «perdió los papeles» durante su intervención parlamentaria y le calificó como «el político más sucio que ha habido en primer nivel en España», con prácticas que, según dijo, aplicó en Galicia y «no ha hecho otra cosa en Madrid», adonde «llegó para echar a Pablo Casado porque estaba denunciando las supuestas corruptelas de la señora Ayuso, ha hecho pactos con la ultraderecha por toda España y está haciendo una campaña desaforada basada en el insulto permanente y en romper todos los puentes».

Bajo su punto de vista, el PP está «desesperado» y no tiene «ninguna propuesta» para el país. «Ayer vimos a un señor Feijóo que pierde los papeles y que rompe todos los puentes. Lo único con el que mantiene los puentes es con la ultraderecha, lamentablemente», aseveró.