
Tres días antes de la reunión entre Donald Trump y Vladímir Putin en Alaska, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha indicado que «la prioridad es poner fin a la guerra«, además de lograr «una paz y una seguridad justas y duraderas para Ucrania». Sánchez, que se ha quedado fuera de la reunión de mañana entre los diferentes líderes europeos para llegar a un acuerdo con Putin sobre la paz de Ucrania, ha compartido en sus redes sociales un comunicado en el que los líderes de la Unión Europea aseguran que acogen con «satisfacción» los esfuerzos de Trump para poner fin al conflicto, aunque remarcan que el pueblo ucraniano «debe tener la libertad de decidir su futuro».
«El pueblo ucraniano cuenta con el apoyo de España y de la Unión Europea. Unidos en favor de una solución diplomática que proteja los intereses vitales de seguridad de Ucrania y de Europa», ha escrito Sánchez en sus redes sociales. Aunque no ha participado en las últimas reuniones de los líderes europeos sobre Ucrania, algo a lo que Moncloa resta importancia, Sánchez ha compartido el comunicado conjunto de los líderes europeos.
«La guerra de agresión de Rusia contra Ucrania tiene amplias implicaciones para la seguridad europea e internacional. Compartimos la convicción de que una solución diplomática debe proteger los intereses vitales de seguridad de Ucrania y Europa», apunta el texto.
En la misma línea se pronunció el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, este lunes. En una entrevista aseguró que España apoya la reunión entre Putin y Trump siempre y cuando implique un alto el fuego real y no se tomen decisiones que afecten a la soberanía de Ucrania.
El jefe de la diplomacia europea, eso sí, criticó que en esta reunión no vaya a estar presente ni el presidente ucraniano ni la UE. Señaló que «lo que está en juego es mucho más que el destino del pueblo ucraniano» y lo que se decida sobre este territorio «impacta directamente en la seguridad de Europa». Por tanto, remarcó, el futuro de este conflicto no se puede decidir «sin los europeos». El comunicado los veintiséis países de la Unión Europea, todos salvo Hungría, también va en esa línea. Señalan que cualquier negociación «significativa» sobre Ucrania sólo debe tener lugar si se produce un «alto el fuego o reducción de hostilidades» por parte de Rusia, a la vez que recuerdan que las fronteras internacionales «no pueden cambiarse por la fuerza».