El Gobierno intenta establecer cortafuegos ante el nuevo incendio que amenaza con prender en la Moncloa: los audios en los que la supuesta fontanera socialista Leire Díez ofrecía un pacto con la Fiscalía a un empresario acusado de corrupción a cambio de que le diese información comprometedora sobre Antonio Balas, teniente coronel de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que investiga el caso Koldo, a Begoña Gómez o al fiscal general del Estado. Este miércoles se refirió al asunto el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que volvió a rechazar cualquier vinculación con Díez y que, además, aseguró que cualquier actuación irregular, de haberse producido, habría tenido lugar fuera y no dentro del seno del Ejecutivo.

«Hace siete años, cuando el presidente Pedro Sánchez tomó posesión de su cargo, sabía que había que nombrar a determinadas personas para la gestión del Ministerio del Interior, así lo hizo, y el resultado es que esas conductas, si se han producido, no se han producido en Interior, lo cual supone una gran diferencia con lo que ocurría con el Gobierno del PP», señaló Marlaska con respecto a los audios de Leire Díez.

Más allá de eso, el ministro evitó abundar en el asunto y, como en anteriores ocasiones, aseguró que sobre «circunstancias como estas, que pueden tener una influencia indebida en procedimientos ya judicializados, es la autoridad judicial la más capacitada para tomar la decisión que entienda oportuna». Lo mismo ocurrió el martes, tras el Consejo de Ministros, cuando Marlaska optó por limitarse a mostrar su total apoyo a la UCO, de la que dijo que «cumple sus funciones» bajo «directrices del Ministerio Fiscal y de las autoridades judiciales».

El titular de Interior también aseguró que en el actual Gobierno, a diferencia de lo ocurrido en el de Mariano Rajoy, no existe una llamada «policía patriótica» dirigida por el Ejecutivo. Fuentes de Moncloa, por su parte, tildaron de fanfarronería los ofrecimientos de Díez y aseguraron que en ningún momento actuó por mandato del presidente Pedro Sánchez, así como que ni él ni el PSOE están vinculados con ella.

Marlaska también se remitió el martes al comunicado publicado por el PSOE tras la publicación de los audios, en el que la formación socialista insiste en que la militante no está en nómina del partido y se desvincula totalmente de sus conversaciones y ofrecimientos para ir contra la UCO. Y, este miércoles, el ministro del Interior volvió a hacerlo, asegurando que ni él ni el PSOE tienen «nada que ver en ninguna actuación que se pueda haber realizado en este marco».

Asimismo, Marlaska insistió en que la dimisión de quien hasta ayer era su número dos en el ministerio, Rafael Pérez, que se conoció este martes por la tarde, se debe a «motivos personales» y no tiene nada que ver con la crisis abierta con la UCO. El ministro, de hecho, elogió el «magnífico trabajo» que ha realizado durante siete años el ex secretario de Estado de Seguridad y aseguró que, hasta el día de su cese, ha tenido «confianza máxima» en Pérez. «A mí me hubiera encantado que siguiera como secretario de Estado de Seguridad, pero a veces hay que dejar que las personas decidan y el ámbito personal y familiar tenga su importancia», lamentó Marlaska.