Pepa Andrade tenía 67 años cuando le dieron una noticia que sacudió los cimientos de su vida: el diagnóstico de un carcinoma de mama bilateral en estadio IV, lo que se conoce como cáncer de mama (en ambos pechos) en la fase más avanzada. «Pensé que estaba condenada, lo primero que se me vino a la mente es que me iba a morir», cuenta Pepa en una entrevista concedida a 20minutos a un mes de celebrar su 80 cumpleaños. Hace unos días, esta mujer que un día creyó que no tendría futuro se hizo viral en TikTok por un gesto tan sencillo como saludar desde un autobús a los fans de Rosalía en la madrileña Plaza de Callao, cuando la cantante presentaba su nuevo disco. Un vídeo que muestra que detrás de cada imagen que circula por las redes hay una persona que tiene su propia historia: en el caso de Pepa, la historia de una superviviente.
Esta viralidad ha coincidido en el tiempo con la celebración el 19 de octubre del Día Mundial contra el Cáncer de Mama. Y trece años después de superar su enfermedad, Pepa rememora el duro camino que tuvo que atravesar para curarse. Poco después de perder a su madre, acudió al médico para recoger los resultados de una mamografía rutinaria y le diagnosticaron los tumores. Le practicaron la mastectomía bilateral (extirpación quirúrgica de ambos senos) enfrentándose a 21 sesiones de quimioterapia y 33 días consecutivos de radioterapia, que incluso le llegó a quemar la piel.
«Fue un proceso muy frustrante, no tenía ganas de comer, solo dormía, no quería hablar con nadie», narra mientras, sin perder su temple sereno, muestra un resquicio de la incertidumbre y el desánimo que se ciñen sobre los pacientes de esta enfermedad en algunas etapas de su tratamiento: «Engordé diez kilos, se me cayó el pelo, me sentía horrenda, me miraba en el espejo y pensaba ‘esa no eres tú».
Llegada a ese punto, Pepa decidió cambiar su enfoque: «Tomé la decisión de levantarme cada mañana, maquillarme, arreglarme y ponerme mi pañuelo, ya no me quedaba en casa«. La mujer que dedicó toda su vida a cuidar de sus padres, tuvo que ponerse en manos de su familia y amigos para que la ayudaran a recomponerse: «Gracias al apoyo de mis seres queridos fui recuperando el ánimo poco a poco».
En su camino hacia la curación, Pepa participó en un tratamiento experimental dirigido por uno de los médicos investigadores de la fundación CRIS contra el cáncer, en el hospital madrileño de La Paz. Dicha terapia, unida a la pericia de los profesionales de la salud que la atendieron durante los cuatro años de tratamiento, ha convertido a esta madrileña de adopción en una superviviente de larga duración de un cáncer muy agresivo.
Este hecho es un claro ejemplo de cómo la investigación puede materializarse en salvar vidas: «Recibí un tratamiento personalizado que solo se pudo lograr a través de la investigación. Animo a toda la sociedad a que aporte su donativo a CRIS contra el cáncer para que continúen con esta labor».
Actualmente, Pepa se encuentra totalmente recuperada. La mujer vuelve a tener ganas de hacer cosas y de viajar, de hecho, en unos días se va a Marbella junto con su novio, quien aparece junto a ella en el vídeo viral sentado en el autobús. De hecho, él fue el que la animó a saludar: «No me lo pensé dos veces, me levanté y comencé a saludar y a tirar besos». Pepa describe el momento como «tremendo» y «maravilloso», añadiendo que solo escuchaba, desde el interior del vehículo, gritos y aplausos procedentes de la multitud de jóvenes.
Sus sobrinos fueron los que la avisaron de que se había hecho viral. «Jamás imaginé que un gesto mío iba a dar lugar a todo lo que ha ocurrido después», relata Pepa. Con un tono bromista, la mujer asegura que no pretendía interferir en el anuncio del nuevo álbum de Rosalía: «Siento mucho si le he quitado protagonismo, no era mi intención».
Lo que los jóvenes que la aclamaban desconocen, es que Pepa estaba regresando a casa después de participar en los Premios VIDA, un reconocimiento de la ciencia a la sociedad civil, vinculados con el cáncer. «Después de superar la enfermedad me renové, fue como las plantas que se marchitan, reciben un rayo de sol y reflorecen», cuenta.
Pepa junto con su novio, en una entrevista en el ’20minutos’.Hazhard Espinosa
Y así, florecida, no deja pasar la oportunidad para dar esperanza a todas aquellas mujeres que acaban de recibir el crudo diagnóstico de un cáncer de mama. «No os derrumbéis, acudir a vuestro oncólogo en busca de orientación y manteneros fuertes, el cáncer se puede vencer«, declara.
64 millones en investigación
Pepa es una de las primeras voluntarias que tuvo la fundación CRIS contra el cáncer -Cancer Research & Innovation in Science- colaborando en los diversos eventos que celebra la organización. Su objetivo radica en lograr una cura para la enfermedad, financiando proyectos de investigación con fondos de la sociedad civil. Con sede en España, Reino Unido y Francia subvenciona proyectos en 87 centros de investigación de todo el mundo.
En sus 15 años de vida ha invertido 64 millones de euros en investigación, 46 en los últimos cinco años; y tiene un compromiso de 150 para los próximos cinco. Ha desarrollado 588 proyectos de cáncer adulto y pediátrico; puesto en marcha 342 líneas de investigación; apoyado a 497 investigadores y a 115 equipos; y ha contribuido a la formación de jóvenes investigadores a través de 140 tesis doctorales, según datos aportados por la propia organización.
Los pacientes beneficiados directamente de los ensayos clínicos apoyados por CRIS suman más de 15.500, entre los cuales está Pepa, y los avances en investigación contra el cáncer podrían beneficiar a 14 millones de potenciales pacientes.