
Tras dos semanas de mítines, comparecencias públicas y una intensa actividad política, la campaña para las elecciones de Extremadura toca a su fin este viernes. Casi 900.000 extremeños tienen el domingo una nueva cita con las urnas y su intención de voto, al menos según las encuestas publicadas en las últimas dos semanas, parece clara: la actual presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola (PP), estaría en condiciones de repetir como líder de la comunidad con la única duda de si logrará una mayoría suficiente de votos para prescindir de pactos y gobernar en solitario. Vox aumentaría su cifra de escaños y Unidas por Extremadura recogería parte los votos de un PSOE en caída libre.
El cierre de la campaña no ha estado exento de polémica: en la madrugada de este jueves se produjo el robo de la caja fuerte de la oficina de Correos de la localidad pacense de Fuente de Cantos: dentro había 14.000 euros… y 124 papeletas de votación por correo. Horas después del asalto, la Guardia Civil hallaba la caja fuerte sustraída en las inmediaciones, completamente calcinada, y con los votos postales «esparcidos en sus alrededores». Correos informó por la mañana de que sus oficinas en los municipios de Santa Amalia y Torremejía, ambas en Badajoz, también habían sufrido asaltos, si bien solo se robaron artículos comerciales y material de oficina, sin que se viera afectada la caja fuerte ni ninguna papeleta electoral.
La Guardia Civil sigue investigando lo sucedido, si bien desde un primer momento vinculó el incidente a la delincuencia común porque desde octubre, antes de que se convocasen las elecciones, se han producido nueve hechos similares en la provincia de Badajoz. El Instituto Armado cree de este modo que la sustracción de los 124 votos fue accidental y se debió a que estaban en la misma caja fuerte en la que se alojaba el dinero. La Junta Electoral ya ha confirmado que los 124 electores afectados podrán emitir nuevamente su sufragio.
«Están robando nuestra democracia»
Poco después de conocerse el asalto, la popular María Guardiola, publicó un vídeo en su cuenta de X en el que relataba los hechos: «Están robando nuestra democracia delante de nuestros ojos», ha expresado Guardiola. «Solo faltan tres días para unas elecciones decisivas y alguien quiere que los extremeños no tengan derecho a decidir». Tanto ella como el secretario general de los populares extremeños, Abel Bautista, han denunciado además que muchos ciudadanos que solicitaron el voto por correo no han recibido la papeleta del PP, que «era la única que faltaba», según Guardiola.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, también ha pedido al Gobierno que explique cómo se han podido robar los votos, un hecho «de extraordinaria gravedad» que «no admite silencio». «Exijo que expliquen cómo ha podido pasar algo así, por qué ocultó además intentos de robo en otras oficinas ya la semana pasada», ha apuntado a través de un mensaje en la red X. Su secretario general, Miguel Tellado, ha pedido al Ministerio de Interior que despliegue «todos los medios necesarios» para investigarlo.
También el presidente de Vox, Santiago Abascal, desde Don Benito, ha denunciado tras lo sucedido que España está ante «una mafia corrupta capaz de cualquier cosa, incluso de alterar procesos electorales para permanecer en el poder». «No sé a qué obedece lo que ha pasado con ese supuesto robo de papeletas, pero creo que nos podemos temer lo peor; ahora bien, creo que la debacle del PSOE va a ser de tal magnitud que van a ser muchas las papeletas que van a tener que robar», ha aseverado.
Entretanto, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, ha calificado la denuncia del PP de «trumpista» y «totalmente irresponsable», y ha arremetido contra el partido porque, dice, «siempre siembra dudas» en campaña electoral sobre la limpieza del sistema. En la misma línea, la secretaria general del PSOE, Rebeca Torró, ha atribuido este jueves a una «conspiranoia trumpista» la denuncia del PP sobre el robo de votos.
Guardiola apuesta por el voto de centro y la mujer
El incidente, en todo caso, no parece que vaya a tener una gran repercusión en el resultado del escrutinio de la noche del 21 de diciembre. Incluso después de que Guardiola no haya acudido al debate electoral celebrado este jueves en RTVE entre los otros tres candidatos —Miguel Ángel Gallardo (PSOE), Irene de Miguel (Unidas por Extremadura), Óscar Fernández (Vox), continúa siendo favorita, muy favorita. Salvo sorpresa mayúscula, continuará al frente de la Junta de Extremadura, tal y como ha hecho durante los últimos dos años y medio.
La campaña de Guardiola en las últimas dos semanas ha apostado por su acercamiento a la mujer, defendiendo la igualdad y buscando el voto más centrista. Todo ello con un objetivo claro, recoger lo sembrado por el desencanto de los socialistas, así como de distanciarse de Vox, su socio hasta la fecha, para amalgamar una mayoría absoluta (33 escaños) que le permita gobernar sin cortapisas.
Los sondeos apuntan sin embargo a que se quedaría a las puertas de conseguirlo. De acuerdo con el último barómetro elaborado por el Instituto DYM para 20minutos, lograría de 29 a 31 escaños, más que la suma que los otros dos partidos de izquierda juntos, pero por debajo del número de escaños (33) que otorga la mayoría. Dependería, por tanto, una vez más, del partido de Santiago Abascal para ser investida y para gobernar.
Vox apunta a Almaraz y al campo
Vox tratarán de evitar la mayoría absoluta y así lo ha plasmado durante la campaña. Su cabeza de lista, Óscar Fernández, asegura que «no va a regalar ni un solo voto». Y es que fueron ellos mismos lo que forzaron los comicios al no apoyar los Presupuestos de Guardiola.
En las últimas semanas han dejado claro que harán valer su fuerza en hipotéticas negociaciones futuras con los populares. Su estrategia pasa por mantener la central nuclear de Almaraz, apostar por las ayudas al sector agrario, así como reducir las subvenciones de los partidos o paliar la inmigración ilegal (al igual que a nivel nacional).
Los sondeos les colocan en un intervalo de entre 10 y 12 escaños, siete más que en 2023, lo que confirmaría su gran subida y les colocaría como la pieza del puzle que la faltaría a Guardiola poder conformar el Ejecutivo en caso de no alcanzar la mayoría absoluta.
El PSOE intenta evitar el batacazo
En el extremo opuesto está el PSOE, muy tocado tras los frentes abiertos a nivel nacional. Uno de ellos atañe, incluso, a su candidato, Miguel Ángel Gallardo, procesado por presuntos delitos de tráfico de influencias y prevaricación por la contratación del hermano de Pedro Sánchez. Un aspecto del que ha tratado de desmarcarse en estas dos últimas semanas.
Ha puesto el foco en defender la figura de la mujer, la educación o una sanidad pública «fuerte y de calidad». También ha cargado contra las políticas de «recortes de la derecha» y las rebajas fiscales que «benefician siempre a los de siempre» y terminan traduciéndose en menos recursos. Sin embargo, parece complicado que puedan imponerse a los sondeos, que apuntan a que ya no queda nada de los 40 años de socialismo en los que Juan Carlos Rodríguez Ibarra gobernó la Junta.
Podemos, en busca de un respiro
Para recoger los frutos del desdén y el hartazgo del socialismo se posiciona la coalición de Unidas por Extremadura, formada por Podemos, IU y Alianza Verde. Con Irene de Miguel a la cabeza han apostado por «blindar el Estado de bienestar», tal y como aseguró su líder, que ha tratado de hacer un llamamiento a los socialistas desilusionados.
Durante las últimas dos semanas ha hecho hincapié en una formación «sin casos de corrupción» que apuesta por el «bien común» de la mayoría social de la región. Ha puesto el foco en los problemas de la ciudadanía de a pie, como el acceso a la vivienda, para lo que ha pedido limitaciones en los precios. También ha propuesto recuperar el impuesto de patrimonio para crear plantas fotovoltaicas o proteger la agricultura social y familiar, entre otras medidas. Medidas con las que busca recomponerse de dos años en caída y alcanzar así los seis o siete diputados, un par más que en 2023, según el sondeo de Dym.